"Holo-meme"

Según los resultados de la psicología experimental, la mente humana organiza como experiencia unitaria el conjunto de lo que ocurre en un lapso de 12 segundos. Superado este límite se ve obligada a recurrir a la memoria.

Èsto quiere decir que lo que llamo “ahora” es un momento de límites bien definidos. Doce segundos es aproximadamente lo que me toma realizar dos ciclos respiratorios completos. Un detalle éste más importante que lo que parece a primera vista.

Si parto de la idea de que el presente es el único lugar donde es posible una libertad efectiva, y si además tengo en cuenta la duración concreta de este presente, se sigue de ello que el umbral de lo posible se renueva cada dos ciclos respiratorios.

Lo que quiero decir con ésto es en realidad muy sencillo.

Si el “holo-meme” que funda y sostiene mi identidad y, con ésta, mi visión del mundo, está abierto a lo largo de doce segundos a la experiencia que tengo del mundo y el modo como organizo éste, se sigue que el resultado de esta interacción es una influencia decisiva sobre lo que creo ser.

Al cambiar el modo como organizo lo vivido en estos doce segundos del presente me transformo potencialmente a mi misma. Digo potencialmente porque estas modificaciones deben ser registradas en la memoria si van persistir más allá de los doce segundos.

Se me ocurre que una manera de lograrlo es reiterando los cambios al final de cada "presente" a fin de que sus huellas mnemónicas se hagan estables, duraderas.

La palabra “holo-meme” no debe asustar a nadie. Con ella quiero aludir al carácter dinámico de la conciencia que tengo de mi misma, a su calidad de estructura disipativa, sin negar nada de lo que me caracteriza como persona: ni mi voluntad, ni mi deseo, ni mi ambición de transcendencia.

Al contrario, pienso que ver estos atributos como dispositivos energéticos asociados de una manera causal al sostenimiento y orientación de mi actividad en el mundo esclarece la verdadera naturaleza procedual de las cosas.

O, para decirlo de una manera acaso más clara, delimita mejor para uso interno la extensión de mi participación individual en la construcción de la realidad.