Querida Martha:
No quiero ni imaginar lo que puedes estar pensando de mí. Puesta en tu caso yo pensaría lo peor. Y sabiendo lo que sé, sé también que tendría razón.
Hay fases donde simplemente no tengo ganas para nada.
Donde las cosas negativas se acumulan, y me veo obligada a vagabundear muy lejos dentro de mi misma hasta encontrar las energías necesarias para superarlas.
En esos momentos prefiero quedarme sola, no decir nada.
No, sin embargo, porque no crea en las posibilidades del diálogo o esté decepcionada de mis semejantes, sino porque la experiencia me lo ha sugerido como lo más prudente.
Juzgamos demasiado rápidamente a nuestros semejantes, banalizamos sus razones, partimos de ideas preconcebidas sobre lo que debe y no debe ser.
Y tener que justificarse es odioso, además de una pérdida de tiempo. Una tiene ya suficiente trabajo con la tarea de mantenerse en su propio camino.
Los tiempos en que vivimos son duros. Lo ideal sería encontrar la forma de enfrentarlos sin volvernos duras nosotras mismas.
Como ves, me siento culpable por mi silencio y estoy tratando de justificarme sin que me lo pidas.
Es que yo también me siento descontenta con esta situación. Pero descontenta es un término demasiado débil para expresarlo. Lo que siento es tristeza. Una enorme tristeza.
Èsto es todo por hoy, hermana. Te abrazo. Kimiko
No quiero ni imaginar lo que puedes estar pensando de mí. Puesta en tu caso yo pensaría lo peor. Y sabiendo lo que sé, sé también que tendría razón.
Hay fases donde simplemente no tengo ganas para nada.
Donde las cosas negativas se acumulan, y me veo obligada a vagabundear muy lejos dentro de mi misma hasta encontrar las energías necesarias para superarlas.
En esos momentos prefiero quedarme sola, no decir nada.
No, sin embargo, porque no crea en las posibilidades del diálogo o esté decepcionada de mis semejantes, sino porque la experiencia me lo ha sugerido como lo más prudente.
Juzgamos demasiado rápidamente a nuestros semejantes, banalizamos sus razones, partimos de ideas preconcebidas sobre lo que debe y no debe ser.
Y tener que justificarse es odioso, además de una pérdida de tiempo. Una tiene ya suficiente trabajo con la tarea de mantenerse en su propio camino.
Los tiempos en que vivimos son duros. Lo ideal sería encontrar la forma de enfrentarlos sin volvernos duras nosotras mismas.
Como ves, me siento culpable por mi silencio y estoy tratando de justificarme sin que me lo pidas.
Es que yo también me siento descontenta con esta situación. Pero descontenta es un término demasiado débil para expresarlo. Lo que siento es tristeza. Una enorme tristeza.
Èsto es todo por hoy, hermana. Te abrazo. Kimiko
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