Saturday, January 14, 2006

Este umbral de granito o niebla


Lo que debo evitar es el mundo compartido de la vida cotidiana. Sortearlo, hurtarle el cuerpo.

Mi ocupación es otra. Debo concentrarme en ella sin distracción. Poner mis palabras al servicio de otra fuente de sentido. No tanto ajena al mundo compartido como más profunda, más elemental.

El pensamiento, el simple movimiento gramatical de los conceptos, lo invento yo en este momento, lo extraigo de mí misma. Es el fuego artificial en el firmamento de mi lucidez.

Pero cuántas veces he alcanzado ya esta conclusión, y sin embargo me he dado enseguida media vuelta creyendo haber hecho suficiente!

Sí, me he encontrado ya antes aquí, observando el raro paisaje cambiante al otro lado del umbral de granito o de niebla, pero no he ido más allá. No he pasado al otro lado y echado a caminar por él.

He tenido miedo, o me he sentido de pronto muy cansada. Explorar ese otro mundo se me ha antojado una tarea superior a mis fuerzas. He llegado hasta su entrada y enseguida me he sentido derrotada por la enormidad de la aventura que aquí se inicia.

Hoy he vuelto sin embargo a este lugar. Y lo he hecho voluntaria, conscientemente. Simplemente me lo propuse al sentarme frente a la mesa, y aquí estoy. Hoy, Sábado a mitad de Enero de 2006, Kimiko estuvo aquí. Un día soleado y armonioso de invierno.

Pero ésto no basta. Es necesario cruzar al otro lado. Para no volver a salir.

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