Querida Martha:
Si no escribo más a menudo es porque no puedo.
La falta de tiempo es un factor, pero no el más decisivo.
Me cuesta ser como soy cuando escribo a casa, sabes.
Siento que no me dejo entender o que me imaginan de otra manera que como soy.
O que tal vez quieren que sea como creen debo ser.
Inluso ahora que te lo digo estoy pensando que no vas a entenderlo.
Digo entender en un sentido emocional, no intelectual.
Vas a tratar de convencerme de que estoy equivocada.
Vas a ofrecerme tu compasión.
Vas a tratar de edificarme.
Y yo no quiero discutir.
Ya tengo suficiente con la solución de los problemas que tengo al frente.
Digo problemas, pero no siento que necesito compasión por tenerlos.
Lo digo para que lo sepas, simplemente porque es la verdad.
No porque te esté pidiendo un consejo, sino sólo con el ánimo de airearlo.
Por qué es tan difícil conversar sin más?
Perdóname si encuentras duras mis palabras.
Es sólo la cortedad de mi lenguaje.
Porque no te estoy reprochando nada.
Lo que ocurre es que hemos dejado pasar demasiado tiempo sin aclarar lo que era necesario.
Estoy pensando ahora en la interrupción de la correspondencia entre nosotros, hace ya tanto.
Nunca hemos abordado el motivo de esa interrupción.
Eso se remonta al nacimiento de Rocamadour, a nuestro viaje a este país.
A mis dificultades para entender lo que ocurría conmigo.
Recuerdas?
En cierto momento decidí que lo mejor era dejar de escribir a casa y vivir mi vida.
Para evitarme nuevos problemas a mí misma y evitárselos a ustedes.
Inconclusas como están, te voy a mandar estas líneas.
Para que simplemente sepas de mi paradero.
Un abrazo, hermana.
kimiko
Si no escribo más a menudo es porque no puedo.
La falta de tiempo es un factor, pero no el más decisivo.
Me cuesta ser como soy cuando escribo a casa, sabes.
Siento que no me dejo entender o que me imaginan de otra manera que como soy.
O que tal vez quieren que sea como creen debo ser.
Inluso ahora que te lo digo estoy pensando que no vas a entenderlo.
Digo entender en un sentido emocional, no intelectual.
Vas a tratar de convencerme de que estoy equivocada.
Vas a ofrecerme tu compasión.
Vas a tratar de edificarme.
Y yo no quiero discutir.
Ya tengo suficiente con la solución de los problemas que tengo al frente.
Digo problemas, pero no siento que necesito compasión por tenerlos.
Lo digo para que lo sepas, simplemente porque es la verdad.
No porque te esté pidiendo un consejo, sino sólo con el ánimo de airearlo.
Por qué es tan difícil conversar sin más?
Perdóname si encuentras duras mis palabras.
Es sólo la cortedad de mi lenguaje.
Porque no te estoy reprochando nada.
Lo que ocurre es que hemos dejado pasar demasiado tiempo sin aclarar lo que era necesario.
Estoy pensando ahora en la interrupción de la correspondencia entre nosotros, hace ya tanto.
Nunca hemos abordado el motivo de esa interrupción.
Eso se remonta al nacimiento de Rocamadour, a nuestro viaje a este país.
A mis dificultades para entender lo que ocurría conmigo.
Recuerdas?
En cierto momento decidí que lo mejor era dejar de escribir a casa y vivir mi vida.
Para evitarme nuevos problemas a mí misma y evitárselos a ustedes.
Inconclusas como están, te voy a mandar estas líneas.
Para que simplemente sepas de mi paradero.
Un abrazo, hermana.
kimiko
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