Lo que debo hacer es reeducarme. Orientar mis energías, mi entusiasmo, mi ambición en otra dirección que hasta ahora.
Èso por un lado. Por otro, aprender a descolgarme voluntariamente hacia lo que está por decirse en mi. No importa si lo que al final digo realmente son chorradas.
El juego en el que me he metido es a vida o muerte. Quiero decir, es un juego serio.
Ya sé que estoy diciendo chorradas en este momento, que me estoy repitiendo de una manera lamentable.
No importa. Moriré de aburrimiento, de hastío si es inevitable.
Miro mis palabras y sólo encuentro podredumbre.
Tedio de las tardes a solas. Locura. Estupidez.
No es ésto lo que más temo? Ser despreciada por la inoperancia de mis operaciones, por mi falta de sentido práctico, por la “obtusocación” de mis perímetros?
Cacadas en las bodas de las bolas y los rubicones amarillos, perdida en el vómito del grito umbilical. Retoracos del bocio. Ebello efebo.
Bohé, bohé, bohé!
Cuándo podré decirlo, cuándo recogeré el sueňo!
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Pero he dicho reeducarme. Necesito deconstruir el endoctrinamiento al que he sido sometida.
En mi vida hay mucho sentido. En realidad todo en el mundo hace demasiado sentido, y ya no lo soporto.
Un poco de noche aquí, otro poco de amanecer allá, una pizca de mediodía en el centro, un poco de ésto, un poco de lo otro. Que se vayan a la mierda todos!
Todos!
No voy a ser nunca yo misma si no me decido a hundirme en el albaňal y morir de la pestilencia.
Si la vida que llevo no funciona, si todo lo que hay a mi alrededor no es otra cosa que teatro, fingimiento, simulacro.
Nadie cree en lo que hace si no en la medida en que le reporta beneficios materiales.
Yo tampoco creo en lo que hago, pero en mi caso ésto no me reporta ventaja alguna ni me hace feliz.
Porque yo sé que si creyera en lo que hago me sería menos gredoyosciente menn rum me ere ers zu mir zu el rum por que en mewtro es un ni nu cual monstrosamentemenemenemen romutalmarnonermorose eres your aver for de su rostro zu – 2. Sí.
